
HOLA AMIG@S:
Erase una vez una pareja enamorada que vivía en una tranquila ciudad y tenía dos hijitos con los que solían visitar a sus familias. Un día el hermano de la esposa se mudó a otro estado del país y la hermana del esposo a otro continente. ¡Los extrañaban tanto! Hubieran querido poder hablarles a diario pero no contaban con los medios para costear tantas llamadas telefónicas. Entonces el esposo tuvo una idea: mantenerse en contacto con ellos a través del Internet. Sólo había un problema...no tenían una computadora ni dinero para comprarla. Pero justo cuando más lo necesitaban la compañía telefónica empezó a vender computadoras con servicio de Internet en cómodos plazos que se pagarían junto con el consumo telefónico ¡Al fin podrían tener su computadora!.
Sin embargo había sido en la "Era del Basic" cuando la esposa había usado un teclado la última vez. Pero su amado esposo pacientemente le enseñó a usar Word y así fue dando sus primeros pasos primero una carta simple...después bellas tarjetas en Publisher. Los hijos de la pareja aún estaban pequeños y disfrutaban de los juegos que había en los sitios de las caricaturas de sus personajes favoritos. En ese tiempo el esposo era el único que trabajaba fuera del hogar y la esposa se dedicaba a sus niños, su casa, trabajo voluntario y -en sus ratos libres- administraba una tiendita que si bien era de su propiedad era manejada por su amoroso tío abuelo, quien había sido para ella como un padre.
Los inicios de ese negocito habían sido muy modestos: la hermana menor de la familia usó sus ahorros escolares para comprar golosinas y venderlas a los clientes que iban a la tortillería propiedad de la familia que era atendida por el Tío-abuelo. Al terminar las vacaciones de verano levantó su mesita y cerró lo que era para ella más un juego, pero la hermana mayor que estaba terminando el bachillerato tuvo la visión de un negocio que le diera para sus gastos pero le permitiera hacer trabajo como voluntaria sin los limitantes que un empleo con horario fijo supondría, así que volvió a instalar la mesita. Los clientes le decían que trajera tal o cual producto y pronto estaba vendiendo hilos, plumas, lápices... y ya no cabían las cosas en la mesita.
Por ese entonces un amigo del Tío-abuelo que era tortillero pero tenía además una papelería remodeló esta última y puso en venta el mobiliario antiguo. Por ser su amigo le vendió al tío-abuelo las cosas a un precio inmejorable y él obsequió a su sobrina-nieta una hermosa vitrina que ella transformó en dos y usó la que quedó más pequeña. ¡Ya podía traer encajes y listones sin preocuparse por el polvo! pues les recuerdo que no tenía un local sino que se instalaba en el patio de la tortillería. Como tenía facilidad para las manualidades aprovechó que ahora tenía los materiales para hacer moños y diademas que empezó a ofrecer en su vitrina y a sus amigos. Su abuelito que era empleado de una oficina llenaba una caja de zapatos con las cosas que ella hacía y las vendía entre las secretarias. Las manos de esta joven artesana trabajaban incesantemente inventando cositas y pronto estaba haciendo recuerdos para ocasiones especiales, centros de mesa, arreglos florales, envolturas de regalos.
Por ese tiempo ocurrieron muchos cambios que afectarían a toda la familia....
...Continuará